San Valentín, presbítero y mártir.-
14 de febrero.
(+ 270)
Conmemora al obispo del siglo III, es
encarcelado y martirizado capacidad de estar celebrando.
También recordamos a Domingo Valentín
Sarmiento, prócer, se le debe por ser gran mentor del gran enamorado en la educación llegar
a ser para crecer y desenvolverse su gesto comprendió e ilumino al país se
encontrándose en la primera potencia del
mundo. Bicentenario de Sarmiento siendo la herramienta igualitaria la educación.
14 de febrero día de san Valentín,
prêtre et martyr
en Campanie (269)
Sanctoral
de l’Eglise Orthodoxe Copte Française
San
Valentín, Presbítero y Mártir.
Ornamentos
Rojos
San Valentín fue
sacerdote de Roma y sostuvo a los confesores de la fe en la persecución de
Claudio II, hasta que él mismo fue decapitado el año 270. Lleva su nombre uno de las catacumbas de Roma. En Inglaterra sobre
todo, los novios le invocan como especial protector.
Oración-Colecta
Haz, oh Dios
omnipotente, que cuando celebramos el natalicio de de tu Mártir San Valentín
nos libremos por su intercesión, de todos los males que nos amenazan. Por
Jesucristo nuestro señor.
Oración-Secreta
Dígnate Señor, recibir
lo dones debidamente ofrecidos: y por el sufragio de los méritos de tu Mártir
S. Valentín, haz que sirvan de auxilio para nuestra salvación. Por J. N. Señor.
Oración-Poscomunion
Sea, para nosotros,
Señor, el misterio celestial reparación del alma y del cuerpo: para que, por
intercesión del Mártir S. Valentín, sintamos el efecto del sacrificio que hemos
celebrado. Por Jesucristo Nuestro. Señor.
Entre los numerosos mártires que en tiempo del
emperador Claudio derramaron su sangre por Jesucristo, fue uno san Valentín,
presbítero; el cual estando en Roma el emperador, fué llevado a su presencia,
maniatado y cargado de cadenas. Luego que Claudio le vió, le dijo con blandas palabras:
¿por qué no quieres gozar de nuestra amistad, sino ser amigos de los cristianos?
Yo te oigo palabra de hombre sabio y cuerdo y o por otra parte te ves vano y
supersticioso. Respondió Valentín: Si conocieses el don de Dios, serias dichoso
tu y bienaventurada tu república: darías de mano a los demonios y falsos dioses,
y adorarías a Jesucristo, único Dios verdadero. Oyendo esto un letrado que
estaba presente gritó en alta voz: Blasfemado has de nuestros dioses. Y como
Valentín siguiese platicando al
emperador, llego a ablandarle de manera, que Calpurnio, prefecto de la ciudad,
exclamó a voces: ¿no veis como este nombre está engañando a nuestro príncipe?
¿Es posible que dejemos la religión que mamamos con la leche, y con que nos
criaron nuestro mayores? Entonces Claudio temiendo algún alboroto, mandó a que
a Valentín le retirasen de su presencia, pero que se le diese audiencia en otra
parte, y que no diese cuneta de si, le castigase como sacrílego, y si la diese, no le condenasen.
Óyole pues, en su casa el teniente Asterio, y al entran en ella Valentín, oro a
Dios diciendo: ¡Oh luz verdadera del
mundo! Alumbrad a tantos hombres que viven ciegos en las tinieblas de la
gentilidad. Al escuchar estas palabras, dijo el teniente: si esto es así como
lo dices, presto lo probare: tengo una hija, que hace dos años que esta ciega.
Si tu la alumbrares y dieres vista, creeremos que Cristo es luz y Dios
verdadero. Trajeron, pues, a la doncella, y poniendo Valentín las manos sobre
sus ojos, le restituyó la vista. Entonces Asterio y su mujer se echaron a los
pies del santo, suplicándole que, pues, por su medio habían conocido a Cristo verdadera
Luz, les dijese lo que habían de hacer para
salvarse. El santo les mandó hacer pedazos todos los ídolos que tenían y ayunar
tres días, y perdonar a todos los que le habían agraviado, y después bautizarse,
y con esto se salvaron. Asterio cumplió todo lo que le habían ordenado, y soltó
a todos los fieles que tenían presos, y se bautizó con toda su familia, que
eran de cuarenta y seis personas. Supo esto el emperador, y teniendo recelo de
alguna grande perturbación en Roma por
razón de estado mano a martirizar a todos con varios géneros de tormentos; y a
san Valentín le hizo apalear y degollar en la vía Flaminia, donde el Papa
Teodoro le dedicó un templo.
Reflexión: Habrás observado que la razón de
estado costó la vida al glorioso san Valentín y a tantos otros fieles de Cristo
como si la política estuviese sobre la ley de Dios, y no estuviese la ley de Dios
sobre todo gobierno y manera de gobernar. Jamás ha sido ni será licito obrar el
mal para alcanzar algún bien: ni vale aquí la imposible dualidad de persona pública
y particular, inventada por los liberales; porque si la una obra el mal, y la
otra el bien, no irá la una al infierno y la otra al cielo; sino que caerá en el
infierno la persona pública, y con ella la persona privada en un mismo réprobo.
Oración: Concédenos, omnipotente Señor, por
la intercesión del bienaventurado mártir Valentín, cuya festividad celebramos,
que seamos libres de los males que nos amenazan. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amíñ.
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