“Hagan lo que Él les diga”
Fr + Estephanos
Haga lo que les ordena, es el pedido
solícito de una madre, la doncella
María, escúchenlo y háganlo (V.
6). Cada tinaja contiene 100 litros de agua, y lo servidores lo
llenan hasta el borde.
La enseñanza es que lo ordinario se convierte en extraordinario.
De aquí podemos extraer tres claves:
1) El acontecimiento, el suceso, se inicia con
una orden del Señor, su orden es explicita, sin lugar a medias tintas, es
consistente, parece trivial, hasta común,
sin embargo, El Señor haría lo extraordinario. No necesitamos esa agua,
el vino no es su problema, se lidia con esa agua, esto es la
base de lo que va a hacer el Señor, da
la orden para ser obedecido, eso es lo importante. Cada orden
es seguida por un acto de obediencia, Dios se encarga de las consecuencias y aquí expresamos la confianza en el Padre
2) Seguir en totalidad la orden, hasta al
borde dice el relato, no obedecieron parcialmente, eso no se sería ser integro, hasta tope, al ras, significa que hay
respeto a la autoridad, se llena hasta el borde, que significa seguir totalmente al Señor. En San Juan capitulo
dos, agua –vino, el Señor nos pide que no intentemos hacer hacer las cosas sin Él. La realidad nos muestra lo que somos, ignorancia y debilidad, y el Señor nos usa, como servidores
3) Confianza: en Él. Eso es fundamental,
amar es esencial, obediencia y dependencia en Él. Confiar, sus sirvientes no son responsables, aquí no hay trampa, su labor es lidiar con esa agua. El vino es la responsabilidad
del que invita, pero Si confías, Él lo hará extraordinario, sólo llevaba agua, le obedeces, y es en esa rectitud, que se produce el milagro, se convierte en vino (V. 11) Caná de
Galilea, reveló su gloria, tengan vida
al revelar su Nombre, no es otro hombre
es Él hombre, por intermedio del cual se
haría la salvación del género humano, hay que depositar nuestra confianza, pusieron su fe en Él, no en la habilidad de hacer vino.
Nuestra fe no es condicionada, confiamos al revelarnos el Señor en su palabra que precede a la letra que lo ordinario, en la vida
puede ser extraordinaria. Ponemos la fe que podemos regresar conscientes al ver el agua, el agiasma bendecida: "Señor Jesús, confío en ti, aquí está el agua,
lo haré completamente y la verteré en el banquete."
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