Escalera espiritual
Clímaco significa: escala
para subir al cielo.
El glorioso apellido de
este santo proviene de un texto famoso que escribió y que llegó a ser inmensamente
conocido y sumamente leído en la Edad Media. El nombre de tal libro era "Escalera para subir al cielo, Scala
Paradisi, o Escala Espiritual". Y eso mismo en griego se dice
"Clímaco". San Juan Clímaco vivió en el siglo VII. Fue abad del monasterio de Santa Catalina en
el Monte Sinaí, quizá el más importante centro de difusión del
"hesicasmo". Su LEGADO, "La Escala Espiritual" se compone
de 30 capítulos que enfatizan el los
peldaños del sendero o ascensión hacia
Dios o a semejanza de la bíblica escala
de Jacob.
San Gregorio Nacianceno
San Basilio
San Juan Clímaco nació en
Palestina y se formó leyendo e instruyéndose en los libros de San Gregorio Nazanceno y de San Basilio. A los 16 años se fue de
monje al Monte Sinaí. Después de cuatro años de preparación fue admitido como
religioso. El mismo narraba después que en sus primeros años hubo dos factores
que le ayudaron mucho a progresar en el camino de la perfección. El primero: no
dedicar tiempo a conversaciones inútiles, y el segundo: haber encontrado un
director espiritual santo y sabio que le ayudó a reconocer los obstáculos y
peligros que se oponían a su santidad. De su director aprendió a no discutir
jamás con nadie, y a no llevarle jamás la contraria a ninguno, si lo que el
otro decía no iba contra la Ley de Dios o la moral cristiana.
Durante 40 años estuvo dedicado
a la reflexión pausada de las Escrituras, a la oración, y al trabajo manual. Y llegó a ser reconocido por
su comprensión de las Escrituras de
Oriente, pero se ocultaba, modestamente, ante la gente, pues su conocimiento lo ocultaba y en todo aparecía sencillo, igual a todos los
otros. En lo que sí aparecía distinto era en su desprendimiento total de todo
afecto por el comer y el beber. Sus ayunos eran constantes y los demás comentaban que el beber y
alimentarse pareciera que le causaba
estorbo. Su penitencia es ayunar siempre.
Su oración es el pedir
perdón a Dios por sus pecados y por los pecados de los demás. Los que lo veían
rezar afirmaban que sus ojos parecían dos aljibes de lágrimas. Rompía en
lágrimas al pensar en lo mucho que todos
ofendemos cada día a Nuestro Señor. Y de vez en cuando se entraba a una cueva a
rezar y allí se le oía gritar: ¡Perdón,
Señor piedad. No nos castigues como merecen nuestros pecados. Jesús
misericordioso tened compasión de nosotros los pobres pecadores!
El don que Dios le
concedió, es la dirección de almas. Al principio de su vida en el monacato,
varios hermanos monjes les
molestaba diciéndole que dedicaba demasiado tiempo dando consejos a los demás.
Juan santamente creyó sinceramente que
aquello era un caritativo consejo y se impuso como penitencia de estarse un año entero sin hablar nada ni dar ningún consejo alguno. Pero
al final, los monjes se reunieron en comunidad
y le pidieron que por amor a Dios y al prójimo siguiera brindando dirección
espiritual, para el consuelo, porque el
gran regalo que Dios le había concedido era el de saber dirigir las almas. Y
empezó de nuevo a aconsejar. Las gentes que lo visitaban en el Monte Sinaí
decían de él estas palabras inspiradoras: "Así
como Moisés cuando subió al Monte a orar bajó luego hacia sus compañeros con el
rostro totalmente iluminado, así este santo monje después de que va a orar a
Dios viene a nosotros lleno de iluminaciones del cielo para dirigirnos hacia la
santidad".
El superior del
monasterio, tuvo un gran acierto le pide que pusiera por escrito la receta que
él daba a la gente para obtener la santidad. Y fue entonces cuando escribió el
famoso libro del cual le vino luego su apellido: "Clímaco", o
Escalera para subir al cielo. Se compone de 30 capítulos, que enseñan los
treinta grados para ir subiendo en santidad hasta llegar a la perfección. El
primer peldaño o la primera escalera es cumplir aquello que dijo Jesús: "Quien desea ser mi discípulo tiene que
negarse a sí mismo". El primer escalón es llevarse la contraria a sí
mismo, mortificarse en algo cada día. El segundo es tratar de recobrar la blancura del alma pidiendo muchas
veces perdón a Dios por pecados cometidos, el tercero es el plan o propósito de enmendarse y cambiar de vida. Los últimos tres, los peldaños superiores, son practicar la Fe, la Esperanza y la
Caridad. La lectura
A San Juan Clímaco le
concedió el Altísimo, otro don y fue el
de ser instrumento de la paz a muchísimas almas angustiadas y llenas de
preocupaciones. Las personas desesperadas encontraban en Juan consuelo de las terribles tentaciones
y él les decía: "Oremos porque los
malos espíritus se alejan con la oración". Y después de dedicarse a
rezar por varios minutos en su compañía aquella persona, sentía una paz y una
tranquilidad que supera todo entendimiento. Clímaco decía a la gente:
"Así como los israelitas quizás no habrían logrado atravesar el desierto
si no hubieran sido guiados por Moisés, así muchas almas no logran llegar a la
santidad si no tienen un director
espiritual que los guíe". Y él fue ese instrumento, guía providencial para millares de personas
por 40 años.
Los sucesos maravillosos
que sucedían, se comentan por ejemplo, un mancebo que era dirigido
espiritualmente por San Juan Clímaco, estaba durmiendo junto a una gran roca, a
muchos kilómetros del santo, cuando oyó que este lo llamaba y le decía:
"Aléjese de ahí". El otro despertó y salió corriendo, y en ese
momento se desplomó la roca, de tal manera que lo habría aplastado si se
hubiera quedado allí.
En un año en el que por
muchos meses no caía una gota de agua y las cosechas se perdían y los animales
se morían de sed, las gentes fueron a donde nuestro santo a rogarle que le
pidiera a Dios para que enviara las lluvias. El subió al Monte Sinaí a orar y
Dios respondió enviando abundantes lluvias.
Monte Sinaí
Era tal la fama de
santidad que tenían las oraciones de San Juan Clímaco, que el mismo Papa San Gregorio le escribió pidiéndole que
lo encomendara en sus oraciones y le envió colchones y camas para que pudiera
hospedar a los peregrinos que iban a pedirle dirección espiritual. Para
san Juan Clímaco, “la oración es, en cuanto a su naturaleza, la conversación y
la unión del hombre con Dios, y en cuanto a su eficacia, la conversión del
mundo y su reconciliación con Dios, la madre lo mismo que la hija de las
lágrimas, la propiciación por los pecados, un puente elevado por encima de las
tentaciones, una muralla contra las tribulaciones, la extinción de las guerras,
la obra de los ángeles, el alimento de todos los seres incorporales, la alegría
futura, la actividad que no cesa jamás, la fuente de las gracias, la proveedora
de carismas, un progreso invisible, el alimento del alma, la iluminación del
espíritu...” ( JUAN CLÍMACO, La Santa Escala, 28º peldaño, 1. PG 88, 1129 A-B
(Trad. P. DESEILLE, SO 24, Bellefontaine, 1987, p. 290)
Cuando ya tenía más de 70
años, los monjes lo eligieron Abad del monasterio del Monte Sinaí y ejerció su
asignación con satisfacción y provecho espiritual. Cuando sintió que la muerte
se acercaba renunció al cargo de superior y se dedicó por completo a preparar
su viaje a la eternidad. Y al cumplir los 80 años murió santamente en su
monasterio del Monte Sinaí. Jorge, su discípulo predilecto, le pidió llorando: "Padre, lléveme en su compañía al
cielo". El oró y le dijo: "Tu petición ha sido aceptada". Y
poco después murió Jorge también.
¿Cual es el significado en este tiempo litúrgico de Cuaresma?
.-
La Cuaresma se inicia en la tradición ortodoxa con la celebración del Domingo de
Perdón.
.- Cada fiel ortodoxo ruega por el perdón ante su comunidad y al mismo tiempo
perdona las faltas ajenas, no juzgar.
.- Inicia un periodo de preparación a la Pascua conocido como Gran Ayuno el cual se
extiende a lo largo de 40 días.-
.- Recurre al auxilio de la Theotokos (Madre de Dios) y a
su veneración.
.- el
Gran Canon de San Andrés de Creta, propio de la semana que antecede al Gran
Ayuno y el Akathistos a la Madre de Dios, el cual es tradición y obligación
durante el periodo de la Cuaresma.
el
himno Agni Parthene (Virgen Madre, Alégrate).
.- Pregonar en el misterio de la Encarnación que la Madre de Dios es parte determinante.
.- El
triunfo sobre los Iconoclastas con los cantos de “Ahora las lanzas de la
herejía adversaria han sido aniquiladas” y el monoghenis “Oh Verbo de Dios Hijo
Unigénito”.
.- En el Segundo Domingo de San Gregorio Palamas, el tropario es “Oh
estrella de la Ortodoxia, sostén y maestro de la Iglesia”, así como en el
Cuarto es el tropario de San Juan Clímaco y el siguiente domingo, el tropario
de Santa María Egipciaca, ya cercano a lo que será el sábado dedicado a Lázaro
e inicio de la Semana Santa.
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domingo, 22 de marzo de 2015
La escalera espiritual de San Juan Clímaco
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