viernes, 13 de marzo de 2015

15 de marzo III Domingo de Cuaresma DOMINGO DE LA SANTÍSIMA CRUZ

15 de marzo III Domingo de Cuaresma.
DOMINGO DE LA SANTÍSIMA CRUZ
La Cruz que nos señala el sentido del Reino

El Cordero que se ofrece sin proferir queja

Santo Mártir Agapio y sus siete compañeros.
Santo Evangelio según San Juan 20:1-10
Carta de San Pablo a los Hebreos 4:14-5:6
Santo Evangelio según San Marcos 8:34-9:1


"Llamando a la gente a la vez que a sus discípulos, les dijo: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará. Pues ¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si arruina su vida? Pues ¿qué puede dar el hombre a cambio de su vida? Porque quien se avergüence de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.» Les decía también: «Yo os aseguro que entre los aquí presentes hay algunos que no gustarán la muerte hasta que vean venir con poder el Reino de Dios.»
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amíñ.
Inclinando nuestro rostro ante Dios  les damos las gracias por estar presente en su casa. El Evangelio que llega a nuestro oído, es una buena noticia, pero también es buena noticia la santidad, dar ese amor a la gente que lo necesita,  se hace presente en cierto sentido en el acontecimiento que se lee. San Marcos evangelio primigenio, nos instruye    que la fe que  es una fe tranquila, que se enfrenta con contradicciones y supone no pocos riesgos.
la liturgia  se condensa en la palabra, el Evangelio hoy nos invita a ejercer la ternura y ser iconos, reflejando la luz,  Evangelio que es dynamis,  poder en acto, que damos a conocer, como ministros desde el ministerio y desde el bautismo. El mensaje es aceptar la cruz no como obligación, pero si con el amor y las consecuencias que se desprender al tomar ese madero en identificarse con el Reino de Dios, con la Iglesia, valor al pregonar el nombre de Jesús y segundo en una espera que no sea en vano porque Jesús ya está en los pobres. La nueva comprensión que nos vislumbra Jesús, con la Cruz es que este suplicio en una comprensión del Reino, es la nueva corona de justicia en la verdadera libertad, aspirando la gracia a un nuevo mundo, al dar el sí obtengo la verdadera libertad. Es la opción y el fruto que Dios desea, las persecuciones y dolores producen alegría cuando se resiste para Dios.  Todo está dispuesto para que demos la alabanza a Dios en la abundancia y en la escasez.
                                                                                                                        Stephanos
                                                         

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