sábado, 7 de marzo de 2015

7 de marzo. Santa Perpetua y Felicidad

Marzo.
07 de marzo




7 de marzo. Santas Perpetua noble dama de Cartago, sólo tenía 22 años y acababa de ser madre cuando fue arrestada con la esclava Felicidad que pronto iba a serlo también, mártires. Confesaron valientemente a Cristo. Memoria (en cuaresma conmemoración) sufrieron el martirio en la arena en el  año 203 en Cártago, durante la persecución de Septimio Severo. Subsiste las actas de incuestionable autenticidad, con la una narración de su muerte, de las mas bellas paginas de la antigüedad cristiana muy digna de fe, redactada en parte por los mismos confesores de la fe y en parte por un escritor de su tiempo. Los nombres de las santas están inscriptas en el Canon de la Misa.
Oficio de Lectura
Segunda lectura.

De la narración del martirio de los santos mártires cartagineses.
(Cap. 18. 20-21: edición Van Beek, Noruega 1936, p. 42 46-52). Brilló el día de la victoria de los mártires y salieron de la cárcel al anfiteatro, con rostros alegres, dispuestos temblando de gozo más que de temor, como si entraran ya en el cielo.
Perpetua fue la primera en ser arrojada en alto por la vaca bravísima que había sido preparada contra la muerte y cayó de espaldas. Se levantó y viendo a Felicidad caída en el suelo, se acercó le tendió la mano y la levantó, quedando ambas de pie. Doblegada la crueldad del pueblo, las volvieron a llevar a la puerta llamada Sanavivaria. Allí Perpetua fué recibida por un catecúmeno llamado Rústico que la acompañaba. Entonces ella como si despertase de un sueño (de tal modo había estado su espíritu en éxtasis), comenzó a mirar alrededor, y ante la estupefacción de todos dijo:
-¿Cuando nos van a echar a esa vaca a la que no veo por ningún lado?
Y al decirle que ya lo habían hecho, no lo creía, hasta que vió en su cuerpo, y en su vestido las señales de la vejación sufrida entonces, llamo a su hermano, también catecúmeno y dijo estas palabras:
“Permaneced firmes en la fe amados todos mutuamente y no os sea motivo de tropiezo nuestro martirio.”
También Saturo, que estaba en otras de las puertas exhortaba al soldado Pudente diciéndole:
En definitiva, hasta ahora tal como había previsto y dicho de antemano, no he experimentado fiera alguna. Ojalá creas ahora dentro de tu  corazón, mira ahora voy allí, y una sola dentellada de leopardo, el cual, de una sola dentellada, lo dejo bañado en tal cantidad de sangre, que el pueblo al retirarse Saturo del ruedo del anfiteatro, gritaba, como dando testimonio de aquel su segundo bautismo.
¡Qué mas salvo el que ha sido lavado! ¡Qué sea salvo el que ha sido lavado!
Y ciertamente que estaba salvo que de este modo había sido salvado. Entonces dijo el soldado Pudente: “Adiós, y acuérdate de la fe y de mí, y que estas cosas no te perturben, sino mas bien te conforten.”Al mismo tiempo, le pidió un anillo que llevaba en el dedo y habiéndolo puesto en contacto con su herida  se lo devolvió, dejándolo así como herencia  y como prenda, y como un recuerdo de su sangre. Luego ya casi unánime, se tendió como los demás en el lugar destinado a la decapitación. Mas como el pueblo pidiesen que fuera llevados al centro, para que sus ojos fuera cómplices del homicidio, contemplando como la espada penetraba en sus cuerpos, ellos se levantaron espontáneamente y se  trasladaron al lugar que quería el pueblo; antes se había  dado ya unos a otros el ósculo de caridad, para sellar el martirio con el acostumbrado rito de la paz. Recibieron el golpe de la espada inmóviles y en silencio especialmente Saturo, que había sido el primero en subir sostuvieron a Perpetua, deseosa de experimentar más sufrimiento, se lleno de gozo cuando sintió el tajo en sus huesos, y ella misma puso sobre su cuello la mano del gladiador bisoño que no acertaba. Quizá el único modo de hacer morir a aquella mujer tan ilustre, temida por el mismo espíritu inmundo, fuera ese: por su propia voluntad.¡Oh mártires valerosos y dichosos! ¡Oh vosotros verdaderamente llamados y elegidos para gloria de  nuestro Señor!
Responsorio                                                           Rm 8. 34-35. 37
R Cristo Jesús esta a la diestra de Dios intercediendo  por nosotros. ¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo? ¿La aflicción, la angustia, el hambre, la desnudez, el peligro, la persecución, la espada?
V. En todo esto vencemos fácilmente por aquel que nos ha amado.
R ¿Quien podrá apartarnos del amor de Cristo?  ¿La aflicción, la angustia, el hambre,  la desnudez, el peligro, la persecución, la espada?
Laudes
ORACIÓN DE LA MAÑANA.
CÁNTICO EVANGÉLICO
ANTÍFONA
DICHOSOS LOS PERSEGUIDOS POR CAUSA DE LA JUSTICIA, PORQUE DE ELLOS ES EL REINO DE LOS CIELOS.
ORACIÓN CONCLUSIVA
Oh Dios
Por cuyo amor
Las santas Perpetua y Felicidad
Desafiaron al tirano
Y vencieron atroces tormentos,
Crecer siempre en tu amor
Por nuestro Señor Jesucristo, tu hijo.
-         R Amén.
-         Vísperas
-         Cántico evangélico.
-         Antífona
Se alegran en el cielo los santos que siguieron las huellas de Cristo y porque lo amaron hasta derramar su sangre reinan con el Señor eternamente.
-         La oración conclusiva como en el laudes.
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Homilía del día 7 LUNES de Marzo del 2011
Memoria obligatoria. Rojo
Santas Perpetua y Felicidad, madres de familias mártires
Muerte en Cártago, en el año 203, fiesta 7 de Marzo.
Misa: de la memoria.
Lecturas: Tobías 1,3; 2,1b-8
Salmo Responsorial. 111, 1-6
Evangelio según san Marcos 12, 1-12
L. de las Horas: de la memoria.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amín. Hoy se festeja a santas Perpetua y Felicitas.
Se presenta un recordatorio verdadero
Bendito es el que es perseguido
Observamos a santa Perpetua y Felicidad, esclava en el encarcelamiento dió a luz un niño, es  esposa de un hombre pudiente, madre de otro niño es santa Perpetua que  amaba, tuvo la  fe de su madre se le rogó que abandonará su fe “jarra de agua” soy cristiana, llena de la significación del Señor
Este gran valor que  es el testimonio de ir a la cárcel es el cielo, esta santa está comprometida bautizada en su propia sangre, la “gran perfección es el martirio”, porque ya tiene la garantía de su salvación.

Invita a una relación de conversión (profetas), recibimos la totalidad de la heredad si pedimos perdón y misericordia, siendo la herencia que  es de Cristo,  no podemos cambiar identificación,  la heredad de vida eterna por su identificación con mártires nos salva –Los mártires sellaron con su sangre la fidelidad a Cristo , ando testimonio de la cruz , es el ejercicio de la libertad humana y acto supremo de amor, como a escrito san Agustín, “no es la condena o el tormento lo que hace al mártir sino la causa o el motivo que es Cristo” (cf. Comentario de los Salmos 34, 2, 13; 68, 19; Serm. 275, 1 Carta 204, 4; 185, 9) siendo un centro de amor a Dios y a los hombres incluso los perseguidores.
Descubrir la parte del mundo que me corresponde.
Y nosotros  adoramos porque fuimos creados, porque nuestra naturaleza es adorar a Dios. La adoración  que es un fin en si mismo, Dios busca adoradores que lo adoren en espíritu y verdad.
En el centro de todo está Cristo, el objeto de nuestro amor es Cristo hacer el bien   en lo concreto, no se puede prescindir de Dios. Se confirma el testimonio público de la fe para que con palabras y obras demos de nuestros ideales y  fraternidad.
“Sálvate a ti misma y baja de la cruz”
Solo la pasión del Señor pudo hacer tantos héroes.
Debería escandalizarnos ver con tanta tenacidad sus familiares querían empujarla a la idolatría para que así pudiera bajarse de la cruz y salvar su vida. Pero suele pasar que quienes no comprenden la grandeza del cristiano y del amor de Cristo, no pueden apreciar el valor de la verdad ni de la santidad. Solo comprenden ciertas componendas para lograr el triste  mediocre bienestar sepultando la exigencia de la conciencia.
Este es parte del relato de santa Perpetua y Felicidad, solo su desenlace refiriendo los decaes de su endereza y fortaleza de santa Perpetua, ante el intento del padre de lograr la por medo de la persuasión que renegara del Cristo y realizara la abominación de ofrecer sacrificios a los ídolos.
El propio padre intenta conmoverla por medio de argumentos, llegando incluso a decirle  que lo haga por él, por compasión, por su propia familia, y del niño que está criando,  “me besaba las manos y se arrojaba a mis pies y me llamaba entre lágrimas, no ya su hija, sino su señora”. Perpetua trata de darles fuerzas, sin éxito, su padre llega a llevar el día del juicio al propio hijito en brazos “compadécete del niño chiquito”. El procurador Hilariano, que tiene autoridad para condenarla se une al consejo del padre para que ella claudicara y se salvara de la pena de muerte. Perpetua se niega a sacrificar a ídolos falsos y se reafirma y confiesa cristiana. El mismísimo procurador ordena que retiren a palos al padre del tribunal,  de Perpetua por estar insistente en el pedido de “hacer  recapacitar a su  propia  hija”. “Yo sentí los  golpes de mi padre como si a mi mima me hubieran apaleado. Así me dolí por su infortunada vejez. Entonces Hilariano pronunció la sentencia contra todos nosotros, condenándolos a las fieras, y bajamos jubilosos a la cárcel”. Morirá en el circo romano causa de la embestida de toros y otras fieras.



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