Dejad
que los niños vengan a mí.
Estephanos
Enseña Francisco
De la Caridad: en su cumpleaños, celebrando su sacerdocio, dando los Santos y Vivificadores Dones, a los feligreses.
Y recordando al antiguo obispo Miguel Ángel Madera, antes de dedicarse de lleno
a los asuntos en los asuntos espirituales de los feligreses de la Iglesia, había dedicado sus mayores
cuidados a la preparación espiritual de
los niños, ¿Podría haber inaugurado su aniversario sacerdotal que renovando el
gesto sagrado de aquel que dijo: “Dejad que los pequeñuelos vengan a mí
En la ceremonia
humildemente se coloca detrás del Patriarca, que imparte con su cruz la bendición apostólica, los Obispos de las Iglesia hermanas, con sucesión del
Obispo Duarte Costa, comulgan en el Altar el Cuerpo y Sangre de Cristo,
los diácono a la izquierda y derecha del Altar agitan las Manoplas, en símbolo de la
venida del Espíritu Santo en los dones e
invocación de los Ángeles, El Patriarca Athanasios, enseña Francisco De la Caridad,
es el complemento de la Divina Liturgia:
en esta Jesucristo se halla, se halla todo entero, pero sin la presencia visible.
En su Patriarca Athanasios de modo rico, se halla todo entero, Él está visiblemente
presente. Jesús es el verdadero piloto, el verdadero episcopos anmarum nostrarum, como dice la Sagrada Escritura.
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