sábado, 23 de noviembre de 2013

Dejad que los niños vengan a mí.
Estephanos
Enseña Francisco De la Caridad: en su cumpleaños, celebrando su sacerdocio, dando los Santos y Vivificadores Dones, a los feligreses. Y recordando al antiguo obispo Miguel Ángel Madera, antes de dedicarse de lleno a los  asuntos en los  asuntos espirituales de los feligreses  de la Iglesia, había dedicado sus mayores cuidados  a la preparación espiritual de los niños, ¿Podría haber inaugurado su aniversario sacerdotal que renovando el gesto sagrado de aquel que dijo: “Dejad que los pequeñuelos vengan a mí
En la ceremonia humildemente se coloca detrás del Patriarca, que imparte con su cruz la  bendición apostólica, los  Obispos de las Iglesia hermanas, con sucesión del Obispo Duarte Costa,  comulgan en el Altar el Cuerpo y Sangre de Cristo, los diácono a la izquierda y derecha del Altar agitan las Manoplas, en símbolo de la venida del  Espíritu Santo en los dones e invocación de los Ángeles, El Patriarca Athanasios, enseña Francisco De la Caridad, es el complemento de  la Divina Liturgia: en esta Jesucristo se halla, se halla todo entero, pero sin la presencia visible. En su Patriarca Athanasios de modo rico, se halla todo entero, Él está visiblemente presente. Jesús es el verdadero piloto, el verdadero episcopos anmarum nostrarum, como dice la Sagrada Escritura.


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