¿QUE
ES LA ASCESIS?
Stephanos.
Primeramente
antes de responder la pregunta, Dios desea que nos acerquemos a Él. Usamos un
lenguaje antropomórfico, para resaltar que en el antiguo testamento, ese Dios
de Justicia ejerce la virtud de la misericordia incluso a nivel colectivo. Hay
distintos tipos de oración, los ánimos pesan en el individuo, pero la constante
es el agradecimiento que hay que practicar, la sensibilidad toca el
corazón humano y lo bello y estético comienza a operar. ….Dice el autor
Ludwit Ott: “Las virtudes nos capacitan para los actos ordinarios de la ascesis
cristiana, mientras que los dones del Espíritu Santo nos capacitan para actos
extraordinarios y heroicos” (tomado de “Manual de Teología dogmática pág, 399,
editorial Herder. 1966). San Pacomio en su catecismo, invita a practicar
las virtudes, a sus hijos espirituales les advierte: Hijo mío, imita
la vida de los santos y practica sus virtudes. Despierta, no seas negligente,
incita a tus conciudadanos, de los cuales te has constituido el garante (Pr
6,3), levántate de entre los muertos; y Cristo te iluminará (Ef 5,14), y
la gracia se infundirá dentro de ti.” (Catecismo de San Pacomio). () La recomendación de este santo, es custodiar las
virtudes, practicar la humildad, el entiende que es la celadora de las demás
virtudes, llega a decir que es la fuerza del la cual se revistió Dios cuando
vino al mundo (compárese con el Libro de Isaías 66, 2). “¿La oración?”,
pregunta san Pacomio… “Sin descanso, en tu habitación entre tú y Dios.” Es la
promesa que el cristiano realiza desde los votos, se coloca ante
Dios. La gloria de Dios se promete al que por la vigilancia y pureza Dios
habitará en nosotros. “No nos
despojemos de Cristo a causa de nuestras malas obras. Hemos prometido
la pureza a Dios, hemos prometido la vida monástica, cumplamos las obras que
son: ayuno, oración incesante, la pureza de cuerpo y la pureza de corazón”.
Apreciamos que enfáticamente este santo monje Pacomio vive lo que predica.
La virtudes
son realidades supralógicas independientes, podemos decir que la virtudes
son las que darán testimonio de la vida que llevemos en esta tierra, las que
“iluminan la existencia”, en la confianza, deseo, buena voluntad, por ejemplo
la constancia en la oración en el caso de Ana, la madre de Samuel, cuando
prolongaba su oración, ella “oraba con el corazón” (1 Sam 1, 11-13). Aquí
llegamos ahora a dar una definición de la “ascesis” y ¿que mejor que lo diga el
mismo rey David? : «Hacia ti
tengo los ojos levantados, tú que te sientas en los cielos» (Sal. 123, 1),
actitud y preparación para aquel que está entregado a Dios. El santo abad
Antonio era feliz en su montaña contemplando las cosas divinas, se ocupaba de
la oración. Los ojos están más elevados del orden creados, hay una
“experiencia”, es llevado a la contemplación de Dios, conversando con el temor
piadoso que se le debe al Creador. Se participa, gracias a su bondad, de la
inteligencia divina que irradia en sus siervos: «Alza sobre nosotros la luz de
tu semblante» (Sal. 4, 7), en la disposición del cristiano, el alma se despoja
de lo impiedad, el alma es transformada en Espíritu (Salm 25, 1). "La fe
supera todos los obstáculos, y nos hace fácil la ascesis", la cual nos
lleva a esa muerte perfecta que consiste en morir a todo lo que es de este
mundo, es decir, después de haber abandonado a nuestros parientes, debemos
luchar contra el afecto que nos une a ellos; después de haber abandonado las
riquezas, todos los bienes y todas las cosas, debemos abandonar también la
atracción que siguen ejerciendo sobre nosotros. Ese es el perfecto
renunciamiento.
“Lo mismo sucede cuando recibimos los bienes espirituales y nos
ilumina la luz de Dios con la posesión completa de los bienes verdaderos. No
nos rompamos la cabeza por cosa tan insignificante como es la sombra. Porque
todas las cosas materiales, sean las que fueren, se reducen a sombra pasajera y
leve. De ningún modo se pueden comparar con los salvíficos y santos dones del
Dios del universo. ¿Cómo se podrán comparar las riquezas: materiales con
aquellas con que somos «enriquecidos en todo, en toda palabra y en todo
conocimiento» (1 Cor. 1, 5)? Y ¿quién sería tan loco como para comparar la
riqueza de carne y hueso con la de la mente, fortaleza del alma, y recta
coordinación de los pensamientos? Todo esto, regulado por la palabra de Dios,
hace que los padecimientos corporales sean como rasguños sin importancia y aún
menos.” Podemos notar que magistralmente Orígenes, nos expone la
verdadera belleza del alma, quien haya tenido la oportunidad de saborear con la
mente un anticipo de cielo, no puede menos que preguntarse: “¿Quién
llamará nobleza a la que viene por nacimiento, según la gente, una vez conocida
la nobleza de nacimiento de los hijos de Dios? Y ¿cómo no va a tener en nada
todo reino terreno la mente que haya contemplado el inconmovible reino de
Cristo? (Heb. 12, 28).”() No se puede estar
inconmovible, ni indiferente ante este hecho.
Todo este pensamiento nos lleva a nuevamente a reflexionar
sobre la ascesis, aprender a vivir, lo bueno no muere y la esperanza es lo
mejor, comprender que Dios Padre honra al alma, y aun los mismísimos ángeles se
quedan absortos. La vigilancia, el Señor nos edifica y ampara (Salmo 146,2). También nosotros
examinemos nuestros caminos y nuestros pasos, y sigamos al aroma delicioso
de la sabiduría divina, llevando siempre en nuestros corazones sus palabras
(Salmo 118,11)
El Mut Rev Padre Orsisio, nos exhorta a oír, en su testamento les pide a
sus hijos: “Seamos, pues, imitadores de los santos, y no olvidemos la enseñanza
que nos inculcó nuestro Padre mientras se encontraba entre los hombres. No
apaguemos la lámpara encendida que puso sobre nuestras cabezas (San Lucas
8,16). Marchando según esa luz en la vida presente, recordemos que por su
esfuerzo Dios nos recibe en su familia (cf. Rom 8,16): dando hospitalidad a los
peregrinos (cf. Mt 25,35), mostrando el puerto de la salvación a los que se
hallan en las tempestades del mar, dando pan en los tiempos de hambre (cf. Mt
25,35),”, (libro
de nuestro padre Orsisio, que
entregó a los hermanos como testamento, antes de su muerte.) ().
Una muy buena manera de imitar a los santos es la participación en La
Liturgia, saborear el rito, la pedagogía que extraemos de los cantos y de los
iconos, así nos damos cuenta que la ascesis
"es", podemos llegar a entrar en el sueño de Dios, por el
Espíritu Santo, no por nuestro esfuerzo, pero con la alegría de tomar la cruz y
seguir....
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