miércoles, 28 de octubre de 2015

¿que es la ascesis?



¿QUE ES LA ASCESIS?

 
"El encuentro eucarístico, es la visión de Iglesia, desde la apertura a la eternidad, la ascesis, es el vehículo que nos lleva al silencio y a la contemplación de lo divino, tomando la Cruz con alegría." 

                                                                                                          Stephanos.

Primeramente antes de responder la pregunta, Dios desea que nos acerquemos a Él. Usamos un lenguaje antropomórfico, para resaltar que en el antiguo testamento, ese Dios de Justicia ejerce la virtud de la misericordia incluso a nivel colectivo. Hay distintos tipos de oración, los ánimos pesan en el individuo, pero la constante es el agradecimiento que hay que practicar, la sensibilidad toca el corazón  humano y lo bello y estético comienza a operar. ….Dice el autor Ludwit Ott: “Las virtudes nos capacitan para los actos ordinarios de la ascesis cristiana, mientras que los dones del Espíritu Santo nos capacitan para actos extraordinarios y heroicos” (tomado de “Manual de Teología dogmática pág, 399, editorial Herder. 1966). San Pacomio en su catecismo, invita a practicar  las  virtudes, a sus hijos espirituales les advierte: Hijo mío, imita la vida de los santos y practica sus virtudes. Despierta, no seas negligente, incita a tus conciudadanos, de los cuales te has constituido el garante (Pr 6,3), levántate de entre los muertos; y Cristo te iluminará (Ef 5,14), y la gracia se infundirá dentro de ti.” (Catecismo de San Pacomio). () La recomendación de este santo, es custodiar las virtudes, practicar la humildad, el entiende que es la celadora de las demás virtudes, llega a decir que es la fuerza del la cual se revistió Dios cuando vino al mundo (compárese con el Libro de Isaías 66, 2). “¿La oración?”, pregunta san Pacomio… “Sin descanso, en tu habitación entre tú y Dios.” Es la promesa que el cristiano realiza   desde los votos, se coloca ante Dios. La gloria de Dios se promete al que por la vigilancia y pureza Dios habitará en nosotros. No nos despojemos de Cristo a causa de nuestras malas obras. Hemos prometido la pureza a Dios, hemos prometido la vida monástica, cumplamos las obras que son: ayuno, oración incesante, la pureza de cuerpo y la pureza de corazón”. Apreciamos que enfáticamente este santo monje Pacomio vive lo que predica.

La virtudes son  realidades supralógicas independientes, podemos decir que la virtudes son las que darán testimonio de la vida que llevemos en esta tierra, las que “iluminan la existencia”, en la confianza, deseo, buena voluntad, por ejemplo la constancia en la oración  en el caso de Ana, la madre de Samuel, cuando prolongaba su  oración, ella “oraba con el corazón” (1 Sam 1, 11-13). Aquí llegamos ahora a dar una definición de la “ascesis” y ¿que mejor que lo diga el mismo rey David? : «Hacia ti tengo los ojos levantados, tú que te sientas en los cielos» (Sal. 123, 1), actitud y preparación para aquel que está entregado a Dios. El  santo abad Antonio era feliz en su montaña contemplando las cosas divinas, se ocupaba de la oración. Los ojos están más elevados del orden creados, hay una “experiencia”, es llevado a la contemplación de Dios, conversando con el temor piadoso que se le debe al Creador. Se participa, gracias a su bondad, de la inteligencia divina que irradia en sus siervos: «Alza sobre nosotros la luz de tu semblante» (Sal. 4, 7), en la disposición del cristiano, el alma se despoja de lo impiedad, el alma es transformada en Espíritu (Salm 25, 1). "La fe supera todos los obstáculos, y nos hace fácil la ascesis", la cual nos lleva a esa muerte perfecta que consiste en morir a todo lo que es de este mundo, es decir, después de haber abandonado a nuestros parientes, debemos luchar contra el afecto que nos une a ellos; después de haber abandonado las riquezas, todos los bienes y todas las cosas, debemos abandonar también la atracción que siguen ejerciendo sobre nosotros. Ese es el perfecto renunciamiento.

 “Lo mismo sucede cuando recibimos los bienes espirituales y nos ilumina la luz de Dios con la posesión completa de los bienes verdaderos. No nos rompamos la cabeza por cosa tan insignificante como es la sombra. Porque todas las cosas materiales, sean las que fueren, se reducen a sombra pasajera y leve. De ningún modo se pueden comparar con los salvíficos y santos dones del Dios del universo. ¿Cómo se podrán comparar las riquezas: materiales con aquellas con que somos «enriquecidos en todo, en toda palabra y en todo conocimiento» (1 Cor. 1, 5)? Y ¿quién sería tan loco como para comparar la riqueza de carne y hueso con la de la mente, fortaleza del alma, y recta coordinación de los pensamientos? Todo esto, regulado por la palabra de Dios, hace que los padecimientos corporales sean como rasguños sin importancia y aún menos.” Podemos notar que magistralmente  Orígenes, nos expone la verdadera belleza del alma, quien haya tenido la oportunidad de saborear con la mente  un anticipo de cielo, no puede menos que  preguntarse: “¿Quién llamará nobleza a la que viene por nacimiento, según la gente, una vez conocida la nobleza de nacimiento de los hijos de Dios? Y ¿cómo no va a tener en nada todo reino terreno la mente que haya contemplado el inconmovible reino de Cristo? (Heb. 12, 28).”()   No se puede estar inconmovible, ni indiferente ante este hecho.

Todo  este pensamiento  nos lleva a nuevamente a reflexionar sobre la ascesis, aprender a vivir, lo bueno no muere y la esperanza es lo mejor, comprender que Dios Padre honra al alma, y aun los mismísimos ángeles se quedan absortos. La vigilancia, el Señor nos edifica y ampara (Salmo 146,2). También nosotros examinemos  nuestros caminos y nuestros pasos, y sigamos al aroma delicioso de la sabiduría divina, llevando siempre en nuestros corazones sus palabras (Salmo  118,11)

El Mut Rev Padre Orsisio, nos exhorta a oír, en su testamento les pide a sus hijos: “Seamos, pues, imitadores de los santos, y no olvidemos la enseñanza que nos inculcó nuestro Padre mientras se encontraba entre los hombres. No apaguemos la lámpara encendida que puso sobre nuestras cabezas (San Lucas 8,16). Marchando según esa luz en la vida presente, recordemos que por su esfuerzo Dios nos recibe en su familia (cf. Rom 8,16): dando hospitalidad a los peregrinos (cf. Mt 25,35), mostrando el puerto de la salvación a los que se hallan en las tempestades del mar, dando pan en los tiempos de hambre (cf. Mt 25,35),”, (libro de nuestro padre Orsisio, que entregó a los hermanos como testamento, antes de su muerte.) ().

Una muy buena manera de imitar a los santos es la participación en  La Liturgia, saborear el rito, la pedagogía que extraemos de los cantos y de los iconos, así nos damos cuenta que la ascesis "es", podemos llegar a entrar en el sueño  de Dios, por el Espíritu Santo, no por nuestro esfuerzo, pero con la alegría de tomar la cruz y seguir....

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