sábado, 24 de octubre de 2015

Hesiquía: La oración del corazón.


 
La mirada constante al Jesús el Pantocrátor "Rey de gloria"
 
La oración  del corazón.                                                             
                                                                                            Por Stephanos

                        “El único poder que tenemos sobre Dios es la oración”.                  (Anónimo)
Historia. Su importancia, método.  La oración como método de acercamiento.
Historia:

En la oración interior con  el komboskini, se recita  la oración de Jesús del publicano, practicada por muchos místicos, aprobada por la Santas Escrituras, por la Iglesia y por la santa Pedalion.  El ángel se le aparece al santo varón  Antonio Abad, ante la pregunta que debía hacer para ser salvo,  ve al mensajero que posee una cuerda,  que se inclina, hace la señal de la Santa Cruz, y recita la oración del komboskini, ·”haz esto y vivirás”. Ante este acontecimiento  importante, la sal de la vida, acompaña  la vida del ortodoxo que sinceramente, toma esta arma para resistir las maquinaciones del maligno con la actitud de revestirse de la armadura de Dios, la espada del espíritu.

Importancia.

Debemos estar agradecidos porque podemos llegar a Dios, hablar con Él,   contarle nuestros problemas, dolores, alegrías y tristezas:

                                            “Señor te amo,

                                        Señor, te deseo un buen día”

Parece infantil, pero surge de un corazón sincero y abierto a la iniciativa y voluntad de Dios:

“Te necesito, tú lo sabes todo, sabes que te amo”.

Lo primero es reconocer y conocer que damos ese primer paso, es el amor que se cree y se vive.

Método.

El komboskini es una oración letánica,  que permite unificar y aquietar la mente del ‘bombardeo’ de la vista, en esta sociedad liquida. El rezo constante logra un reposo en el espíritu, abriendo el corazón, la casa, en la voz de uno que se mantiene en la vigilancia (nipsis) que es Cristo.

En palabras de Su Beatitud Yuri, Emigidiusz Ryzy, “orar sin cesar”, imitando a San Pablo, con el komboskini, se empieza a transitar en la reflexión contemplativa de la vida, muerte y resurrección de Jesús, de la mano de la Doncella María, Odigitria, que significa ‘la conductora’, la que nos lleva de la mano para estar con Jesús.  La entrega generosa de Jesús en la cruz, su Resurrección, no son dos estancos separados, es una unidad  que nos lleva a caminar de la oscuridad a la luz, y la “recitación”,  de la oración “Señor ten piedad”, nos ayuda a poder ver el universo de la interioridad con los ojos de Dios, ver lo transparente, con los ojos del corazón.

En la letanía, se predispone todo nuestro ser,  sabernos desde ya que estamos ante la presencia de Dios, de un amor muy grande (S. Jn 3, 16)

“El que reza ama. El que ama reza”.

Presencia de lo Divino  que habita en el que reza, en lo sutil, en la suavidad del Espíritu que va habitando nuestra alma:

“Si rezo más me lleno más del  Espíritu Santo”

La oración, no puede enseñarse, la experiencia es personal, propia de los místicos.

Es el amor puesto en práctica en lo concreto, como recomienda  San Pablo, en sus epístolas (Colos. 4, 2; Efe. 6, 18).

“Señor Jesucristo, Hijo del Dios vivo, ten piedad de mi pecador”.

La auténtica devoción, es la claridad de quien es Dios  (Deut. 32, 4) de quien es su Madre, que nos conduce porque nos precedió en la fe, en la escuela de María,  en el  ‘si’, que posibilito el plan de Redención.

La oración es un encuentro: el Santo Abad Isaías, dice de la oración de Jesús que es un espejo para la mente y una linterna para la conciencia, es una frase muy bonita, que define la oración de una manera sencilla, simple, pero muy profunda.

Es la amistad en acción del amor de un Padre celestial amoroso, a sus hijos.

En el rezo del komboskini, en la oración del corazón,  se hace la experiencia personal, intima, comenzamos a escuchar el interior, la nepsis, como la tranquilidad que supera todo pensamiento. el golpeteo, el bombardeo de lo visual que no afecta, porque se posee la vigilancia perseverante (sobriedad y silencio). pero este silencio, en la hesiquía, implica el acercamiento y el reconocer al Todopoderoso, en la vivencia del bautismo e impregnarnos de la luz tabórica

No es extraño que en el rezo, la mente se disperse, y comience a aparecer rostros, proyectos, dolores, angustias, que se van sumando a la letanías, sin embargo, aquí está el punto, su dimensión letanica, nos da el ‘sostenimiento’, la seguridad, la certeza, la perseverancia, que en ese murmullo nos mantiene vigilantes.

La oración de Jesús,  sencilla, es el reconocimiento de Jesús, como el kyrios, el Señor, el Cristo, una verdadera confesión de fe y por el otro expresar nuestra necesidad de amor. Es una piedad, de delicadeza amorosa, de hablar y de decirle a Dios que lo amamos.


El ortodoxo que pasa las cuentas, experimentara como afina su campana interior. Es un trabajo práctico, un medio, donde permitimos recibir y emplear el poder de la energía (caris), siempre presente desde el bautismo.

Hay otro tipo de oraciones, por ejemplo es muy bueno usar las expresiones bíblicas, la de los Salmos.

La expresión en el komboskini, es  del enamorado, en el continuo reconocimiento de que amamos al Señor, ‘estoy dormido, pero mi corazón vela’  (Cantar de los Cantares 5, 2). La elevación, en la oración, hace acrecentar el  amor espiritual  y la   transfiguración.

Hay que dejar que el corazón mande, solo hay que comenzar, el Espíritu comienza a actuar en el corazón, mientras nosotros seguimos extendiendo el Reino, en la independencia del corazón, creciendo y edificando, en la casa, en la fe, en el barrio, en la ciudad, en nuestro trabajo o lugar de estudio. El ortodoxo dedicado, comienza a ver ya un anticipo de la realidad espiritual en este mundo, esperando  la corona de justicia que Cristo nos  reserva. El que reza comienza a ver la realidad del Espíritu Santo en este mundo;  la inocencia del niño, que cree porque la espiritualidad actúa, la belleza surge  y la ascesis se potencia, dando como resultado la resurrección antes de la resurrección universal .

Stephanos Mariano Tisera Iñiguez.

ordendelsur@gmail.con

Para ser presentado al Patriarcal Ateneo San Marcos.

Archieparca para la República Argentina. S E Rev Lic Teofano

 

        

 

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