viernes, 18 de marzo de 2016

El capellán como servidor.


El capellán como servidor.

Un aporte de la comunidad del Buen Pastor.
Capellanes Apóstol Mable  Martínez ; pastor Raul Radakoff
 

¿Qué lugar ocupa el capellán en la Iglesia? ¿Cuál es su relación con el equipo de pastores? Y ¿cuál es el código de ética? Y sobre todo ¿Cuál es el argumento teológico y bíblico para sostener la ordenación del capellán?

Primeramente el capellán es un servidor, “al servicio” de la comunidad, también es aquel que ministra con autoridad civil y religiosa, tomando a la persona como unidad transcendente e irrepetible, con un nombre propio e identidad. Otro punto es que la visión del capellán es cristocéntrica o dicho más sencillamente, ve con los ojos de Jesús, en el abrazo amoroso de Cristo. Las virtudes como la empatía, el encuentro con el otro, desde el “reconocer”, no solo con la mirada, sino en el interés de decir “gracias”, “ser hospitalario”, “convidar un vaso con agua”, “dar la bienvenida”,   es la de cultivar una actitud de confianza que “gane” al oyente desde la cortesía y desde un Evangelio que asista en una fe cimentada en el Reino, que no es lógico, pero si perfomativo, que produce  cambios en   la persona.

Desde el punto de vista bíblico, los capellanes como servidores, están sostenidos con ejemplos concretos,  como los coperos del rey, de gran influencia en la corte, por ejemplo José de Egipto, Mardoqueo el tío de la reina Ester, y por supuesto Daniel y sus tres compañeros.

El discernimiento que ejercían provenía de una formación divina, en el que Dios los abraza y cubre con su regazo. 

Y ¿su relación con el resto del esquipo de pastores-capellanes? Es de un trato cordial, en la unidad del espíritu, en oración, preguntando cual es la voluntad de Dios Padre, que busca siempre el bien de los asistidos, los pacientes, profesionales, penitenciarios, etc., en una voz que refleje siempre a Jesús. 

Y la ética que vive es la de Cristo, basada en una Persona, una ética que sea la del “Rey de gloria”, con un cuerpo anclado en los mandamientos por amor, en las bienaventuranzas.

En la mirada holística toma al sujeto desde lo físico-psíquico, espiritual y social, por eso la idoneidad del capellán, en las diferentes materias que cursa para capacitarse y dar una respuesta de su ordenamiento “apartado” con aceite bendecido, como autoridad puesta por Dios.

 

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