sábado, 23 de enero de 2016

LOS FRUTOS DEL SANTO SÍNODO

Bajo el Amparo de la Doncella María
Los frutos del Santo Sínodo.
                                                                                                                                 Stephanos
Solicitamos en humilde oración y ayuno por los frutos de este Santo Sínodo, en el patriarcado de S. B. Athanasios, con un sincero espíritu de penitencia y un camino activo de conversión. Este es un mensaje que no deberíamos olvidar nunca, lo que propone Santa Hildegarda, mujer y maestra tan actual como en su tiempo.





Santa Hildegarda

    ¿Qué es lo que hace un sínodo? Primeramente con un recogimiento en el espíritu, en el amor a María doncella, acudimos a su amparo, para que nos cubra con su homoforio.
La apertura al dialogo, basado en el Evangelio, es ir tras la “aventura” que nos propone Cristo, sin temor, en la seguridad y convicción que solo proviene de aquel que busca la Verdad.


El Rio de los Nazareos Chapaleufu
El río que corre y donde se refleja nuestra mirada, fruto de acontecimiento divino 

Pavel Floresnky, cuando nos habla de la verdad, nos sugiere, el transparentar la verdad, ser testimonio, que es lo que exige la verdad, que es lo más íntimo que conoce Dios, dando frutos de justicia, como injertos en la vid verdadera. La celebración de La Divina Liturgia, los sacerdotes, observan cuidadosamente el ritual, que es una manera de ser uno con Cristo y con el patriarcado, rememorando el recordar el misterio de la vida perdurable y perfecta con Dios, que El produjo para ellos, la vida (en sí mismo) que él mismo fue: "Yo soy el camino, la verdad y la vida" (San Juan 14, 6).
¿Cómo podemos darnos cuenta que vamos por un buen camino? Cuando el diálogo firme, sencillo, en la concordia y serenidad, es el camino que no ilustra el patriarca su Beatitud Athanasios 1ro. Aloysios, en su santo Omoforion. Los Eparcas, de la Iglesia Bielorrusa eslava en el extranjero, Francisak de la República del Perú, Teodoro de la República del Paraguay, Teofano, Vasil, Ilarion, de Argentina y Pavel de México, y los Arciprestes Evaristos y Arcadio,   nos anima a buscar la felicidad que viene de lo alto, en la esperanza, donde encontraremos el sentido, la verdad,  belleza y lo bueno, aún en la tristeza y el dolor;  como enseña el sabio y santo Pavel Florensky, encontrar la acción de Dios en todas partes, ningún ámbito escapa a su acción de la Luz. Nosotros somos reflejo de la luz que como pequeños faros señalamos siempre a la fuente Divina, caminando de la oscuridad a la Luz, como san Juan Bautista mensajero y voz de la palabra.

 
Vladyka Franc Primozic