8. La Liturgia
290.- No
tratamos ahora de la naturaleza de la Liturgia como culto divino, no en cuanto
que comprende a los sacramentos
necesarios para la vida espiritual; sino que nos ocupamos únicamente el influjo
que tiene la acción litúrgica en la vida interior del hombre; y según esto, en
su vida espiritual.
291.- Nadie
niega la existencia de este influjo. Asimismo ejerce su acción en el hombre
exterior, es decir, que la Liturgia
compone también el cuerpo. Aquello que imprime esa nota característica en el
rostro, en las manos en los gestos, en el modo de nadar y de hablar de un sacerdote,
es sin duda alguna, el continuo ejercicio litúrgico, por el cual adquiere esa
dignidad sencilla que lo distingue entre millares, aunque se presente
disfrazado y que hace que sea imposible llevar a la escena como actor, al
sacerdote católico. De igual manera el servicio litúrgico ejerce su acción formadora
en el hombre interior.
292.- el que
intervine con frecuencia en los actos
litúrgicos no puede menos de recibir algo del estilo litúrgico en su vida
espiritual; la madurez religiosa, el justo medio, la sobriedad sigla
exaltación, pero que comprende toda la escala del sentimiento humano, desde la
más amarga tristeza hasta el gozo pascual; la reverencia profunda ante lo
divino junto con la familiaridad; el espíritu de penitencia con la paz
interior; una suma individualidad, - los sacramentos, como la Sda. Comunión,
son para cada uno en particular-, y una unión notable con todos; abundancia y
variedad en el culto de los santos son que por eso deje e destacarse el centro
de too que es Cristo.
293.- la liturgia
nos enseña la manera de creer y de orar, aquella persuasión intima y vital de
la beldad de los objetos materiales y visibles. allí aprendemos también que las
ceremonias y la recitación de las fórmulas separadas son algo real. Nunca llega
a comprenderse ese concepto de “del cumplimiento de los oficios religiosos”, que tiene los acatólicos, que no nutren su
espíritu en la escuela de la Liturgia, y que piensa que la oración debe ser
necesaria mente cierta eclosión sentimental. (También algunos acatólicos se
dejan seducir más o menos por esta menea de pensar a creer que junto con la
Liturgia es necesaria también “la devoción”, estos tales piensan que la
Liturgia les perturba “sus devociones”).
294.- No
obstante, la eficacia de la Liturgia en la vida espiritual no es ilimitada. La
liturgia forma mas bien que crea la vida espiritual ya existente. En primer
lugar forma al que la desempeña, y no de la misma manera al seglar. Por eso no
basta la sola participación en la Liturgia, como único alimento de la vida
espiritual.
(Curso Breve De Teologia Ascetica Ludovico Hertling S I)
No hay comentarios:
Publicar un comentario