San
Len, obispo de Catania en Sicilia (~ 780) su fiesta es el 20 de Febrero)
En la época de las primeras persecuciones
de los santos iconos. Él nació en Ravenna a una familia noble, y se convirtió
en obispo de su ciudad natal. Pronto su reputación como un verdadero pastor del
rebaño de Cristo, en la propagación. Fue
elegido obispo de Catania, en Sicilia. Como suele ser cierto aún hoy en día, la
ciudad, aunque nominalmente cristiana, estuvo en contacto con la superstición y paganismo. El santo obispo
se dedicó a convertir a la gente de error: por sus oraciones que causó que
un templo pagano se colapsara y
construyó una iglesia en su sitio, dedicado a las cuarenta mártires de Sebaste.
En ese momento toda la isla estaba bajo el dominio opresivo de un mago llamado
Heliodoro, que utiliza todas sus habilidades mágicas para oprimir al pueblo y
avanzar en él. A pesar de que había sido tomado cautivo por orden imperial, y
condenado a muerte, siempre fue capaz de
escapar de sus captores por sus habilidades ocultas. San León, que buscaba la
conversión de todos, hizo todo lo posible para convertir el mago a Cristo, pero
sin ningún efecto. Un día Heliodoro entró en la iglesia durante la divina Liturgia,
burlándose de los misterios de Cristo. El santo salió del santuario y, echando
su omophorion el burlador, al instante le privó de sus poderes demoníacos. El
prefecto de Sicilia ordenó que el mago a ser quemados vivos. El obispo Leo fue
a la hoguera con él, pero surgió sin marca sin siquiera olor de fuego sobre él,
mientras que Heliodoro fue reducido a cenizas.
Fiereza de San Leo, en defensa de la fe fue
igualada por su amor y su compasión por los pobres y los indefensos, de los que
se sirvió sin cesar con oraciones, limosnas y las visitas. Por sus oraciones le
restauró la vista a los ciegos y sanó al paralítico. Después de su reposo, sus
santas reliquias, que emanaba una mirra fragante, se veneraba en una iglesia
que había fundado en honor de Santa Lucía.
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