¡Mira
a la estrella, invoca a María!
¡Oh
quienquiera que seas,
si se
desencadena el huracán de las tentaciones,
si las
tribulaciones están a punto de doblegarte,
¡mira a
la estrella, invoca a María!
Si el
orgullo, la ambición y la envidia
amenazan
sumergirte en su oleaje,
¡mira a
la estrella, invoca a María!
Si la
ira, la avaricia y la lujuria
hacen
zozobrar tu frágil navecilla,
¡mira a
la estrella, invoca a María!
Si
confundido y aterrado en tu conciencia
por la
enormidad de tus crímenes,
te
hundes en la desesperación,
¡mira a
la estrella, invoca a María!
En el
peligro, en la angustia, en la duda
¡mira a
la estrella, invoca a María!
¡No se
aparte su nombre de tus labios
ni de tu
corazón!
San Bernardo de Claraval (Clairvaux) Fiesta: 20 de
agosto (1090-1153)
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