domingo, 30 de noviembre de 2014

Frases de Monseñor Francisco De la Caridad

·        “Lo único que les pido,  es un vaso con agua,  que alguien me alcance cuando estoy  trabajando en los cimientos”.
·        “Tú tienes palabras y yo tengo obras, el contesta,  muéstrame tu obras y yo te mostraré mi fe por mis obras”.
·        “El amor es el motor del  mundo”.
·        “No me gusta que cuchicheen en la Liturgia, me agrada los sacerdotes seguros que no caen en la rutina, que sean conscientes que se presentan ante el Altar Santo con sus propios pecados y de los demás”
·        “Si les falta precisión, piedad o saber las rubricas en la Celebración  de este Misterio,  recurrid al Arcipreste Arcadio, que devotamente los  guiará  en el sendero de Dios.”
·        “….todo es circunstancial, lo que importa es lo invisible,  que trasmite paz y amor”
·        “….enseñamos la fe apostólica, que es dinámica, espiritual que produce intimidad y diálogo con Dios”
·        “La caridad comienza con uno mismo, no acepta las criticas al hermano, sobre todo al ausente, ni los “cuchicheos”,  eso no es de Dios”.
·        Si critico al hermano pierdo la perspectiva de Dios,  de la imagen de Dios y del amor.

·        ¿Que es lo que podemos hacer cada día y noche? sólo debemos adorar a  Dios  amando a cada momento y  a cada instante. ….
·        “¿Quieres que te vaya bien? Haz todo al revés, de cómo hacéis, si eras mezquino o no  te preocupabas,  ahora haz al revés preocúpate de los demás, y así te llenarás de Dios,  ese  vacío solo puede ser llenado por Él, el hacerlo experimentarás  cosas, es la transformación que nos enseño Cristo.
·        “Siempre pido perdón a Dios recurriendo al Sacramento de la confesión, regalo que nos dejo el Señor, se repara uno y se logra una armonización de  nuestra perspectiva con la Providencia Divina”.

·        “Hay que ahogar en el río a los siete enanos, el ego, la soberbia, la gula, la ira, la mentira, el calumniar, el desprecio, y la vagancia, son enanos porque vienen  agazapados y entran en nosotros sigilosamente, ¿qué hacemos? admitir nuestros errores, pedimos perdón y empezamos de nuevo, es el mejor modo de ahogar a estos enanos”

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