domingo, 12 de abril de 2015

El obispado de Nazaret, decálogo y fines

El obispado de Nazaret, decálogo y fines
                                                                                                                                     Stephanos 
Los obispos de Nazaret en su línea sucesoria apostólica, por autoridad real y divina. Divina como sucesor de los apóstoles,  real porque provienen de la línea real, en este caso de San José de la descendencia del rey David, privilegio sumo, que inculca la majestuosidad del llamado como episkopo  de la Iglesia. El obispo de Nazaret, designación inspirada,  su fuente se encuentra ya en el primer testamento, ¿que nos enseña Nazaret en la persona de San José?  Nos ilustra  la  alegría y centralidad en Jesús. El obispo de Nazaret inculca la felicidad,  viviendo lo cotidiano y compartiendo. El obispo que lleva en sus hombros el título de Nazaret,  lleva a las gentes el amor sumo y lo sencillo.

La oración litúrgica es importante por elevar las plegarias al Padre en la confianza de hijo  

El decálogo de San José,  “el santo  silencioso”
 1. en el amor se busca el bien
2. Amor en lo espiritual que prevalece.
3. Saber estar cuando nos necesitan y estar en silencio  como San José.
4. Ser otro Cristo, espejo de Dios.
5. Amar desde la  pobreza que edifica, como san José que cuidaba su familia.
6. temer a Dios no al hombre.
7. Ser la sal y lumbreras, tender hacia adelante, el yo se convierte en el tú de Dios.
8. humildad.
9. buscar la voluntad de Dios, como san José que escucho y obedeció la voz del ángel.
10. saber que el criterio de Dios para juzgar es el amor.

La luz creada reflejo de la Luz increada
El primer  es aceptar la repuesta del abandono como riqueza que colma el corazón, en reposo  del espíritu, en  las bienaventuranzas.
Reconciliación: en la oración y prácticas pías que nos lanza a recibir los Santos y vivificantes Dones. El dinamis, poder y fuerza se recibe y comparte
Un estilo de vida y misión, adaptado a nuestros tiempos sin perder el carisma del padre fundador  que nos prepara e instruye en la aplicación del evangelio como heraldos  en medio de nuestros hermanos.
Nuestro ser se hace operativo en el saber estar,   en:  
 La movilidad y adaptabilidad, movilidad en el movimiento de la voluntad divina, “epectasis”, (Fil 3, 13-14) adaptable, al participar de la gloria de Dios (el carácter). El   Espíritu de la divina Liturgia, en la hermandad de los nazareos se busca en el siglo en  la "íntima amistad con Jesús", en la interioridad donde el crecimiento no se detiene, sino que avanza hacia la obtención de la corona de justicia. La madurez espiritual es  relacional a partir de reconocer al otro hermano.
Pedimos a Nuestra madre Ntra. Sra. de la Ternura que vigile y cuide nuestras vidas y vocaciones, dando a conocer el kerigma de la salvación desde nuestro estado clerical o seglar. El verdadero conocimiento espiritual  sobre Jesús proviene de ‘reposar’ sobre su  corazón", en la mirada del Pantocrátor.


 
Rezo y oración espontanea desde la creatividad, como enseñan lso Padre del desierto






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