domingo, 18 de enero de 2015

18 Nuestros Padres entre los Santos: Atanasio y Cirilo, Arzobispos de Alejandría.

San Cirilo de Alejandría


18 Nuestros Padres entre los Santos: Atanasio y Cirilo, Arzobispos de Alejandría.
Se encuentra rodeado de una controversia cristológica que lleva al concilio de Éfeso del año 431, y ultimo representante de relieve de la tradición alejandrina, san Cirilo fue definido en oriente griego como el “custodio de la exactitud custodia de la verdadera fe , e incluso como sello de los padres” , la referencia de este santo obispos Cirilo es la constante referencia a los autores eclesiásticos precedentes (Atanasio) con el objeto demostrar la continuidad de la propia teología de la tradición . Se inserto voluntariamente e explícitamente en la tradición de la iglesia, en la que reconocía la garantía de continuidad con los apóstoles y con Cristo mismo.
Es venerado tanto en oriente como en occidente y proclamado doctor de la iglesia por el Papa León XIII quien al mismo tiempo atribuyó el mimo titulo a otro importante represéntate de la patrística griega san Cirilo de Jerusalén. Se revela el amor de este papa por las tradiciones orientales. , después proclama doctor de la iglesia a San Juan damasceno.  Mostrando de este modo que tanto las tradiciones de una iglesia y del otro indican al misma iglesia de Cristo
Cirilo es sobrino de Teofilo, que desde e año 357, rige como obispos en la diócesis de Alejandría, nació en la metrópoli egipcia alrededor del año 370 y el 380.  Se encamina a la vida eclesiástica y recibe muy buena educación cultural y teológica. En el año 403 se encontraba con su poderoso tío en la ciudad de Constantinopla, y allí participó de en el sínodo llamado de la Encina, que depuso al obispo de la ciudad, Juan conocido como Crisóstomo registrando el triunfo  de la sede de Alejandría sobre su rival tradicional Constantinopla, donde residía el emperador. Tras la muerte del obispo Teófilo su tío, fue elegido obispo Cirilo muy joven en el año 412, en al iglesia de Alejandría, gobernándola con mano firme, treinta y dos años. Tratando de afirmar el primado de oriente en los lazos de tradicionales de Roma.
En el 417, 418, E obispo dio muestra d eerlsimo al permais recomponer la ruptura de la comunión con Constantinopla, que persistía desde el año 406, tras la deposición de San Juan Crisóstomo. Pero la diferencia con la sede de Constantinopla vuelve a encenderse diez años después, en el 428 cuando Nestorio, prestigioso y severo monje de formación antioquena, el nuevo obispo de Constantinopla, suscitó entonces oposición es en su redacción prefería para María el titulo de madre de Cristo, (Christotokos) en lugar de madre de Dios (Theotokos), ya aceptado en la piedad del pueblo.
El motivo del Nestorio era su decisión de apegarse a la cristología de la tradición antioquena que, para salvaguardar la importancia de la humanidad de Cristo, acababa siempre por afirmar su separación de la divinidad. Así no era ya la verdadera la unión entre Dios y el hombre en Cristo y, por lo   tanto, ya no se podía hablar de “Madre de Dios”.
Cirilo como obispo, siendo una máximo exponente  de la cristología de Alejandría que subrayaba la unidad de la persona de Cristo, es inmediata y se despliega con fuerza por todos los medios a partir del año 429, enviando cartas a Nestorio. En la segunda misiva (PG 7744-49) que le envió Cirilo en febrero en el año 430, leemos  una clara afirmación de los deberes de los pastores de preservar la fe del pueblo de Dios. Este era su criterio válido: la fe del pueblo es la expresión de su tradición, es garantía de la sana doctrina. Escribe estas líneas a Nestorio, “es necesario exponer al pueblo la enseñanza y la interpretación de la fe de la manera mas irreprensible y recordar que quien escandaliza aunque sea a uno solo de los pequeños que creen en Cristo padecerá un castigo intolerable”.
En otra carta a Nestorio, que en el año 451,  seria aprobada por el Concilio de Calcedonia, cuarto concilio ecuménico,  Cirilo expresa con claridad su fe cristológica: “Siendo distintas las naturalezas que se unieron en esa unidad verdadera, de ambas resulto un solo Cristo , un solo Hijo: no en el sentido de que la diversidad de las naturalezas quedara eliminadas por esta unión, sino que la divinidad y la humanidad comentaron para nosotros al único Señor Jesucristo e Hijo con su inefable e inexpresable conjunción en la unidad”.
La verdadera humanidad y la verdadera divinidad se unen en una sola Persona, Nuestro Señor Jesucristo. Por esto dice el obispo san Cirilo  de Alejandría: “Profesamos un solo Cristo y Señor, no en el sentido de que adoramos al hombre junto al Logos, para no insinuar la idea de la separación diciendo “junto”, sino  en el sentido de que adoramos a uno solo y al mismo tiempo, pues su cuerpo no es algo ajeno al Logos, con el que esta sentado a su lado dos hijos, sino uno solo unido con a propia carne.
San Cirilo con poderosas alianzas, logra que se condene a Nestorio. La iglesia conmemora a San Cirilo (cirilo), también arzobispo de Alejandría (412-44). Su suerte era defender la fe contra el hereje Nestorio, patriarca de Constantinopla, quien negó que Cristo en su encarnación realmente unido lo divino con la naturaleza humana. Cirilo intentó en correspondencia privada para restaurar Nestorio a la fe cristiana, y cuando esto falló él, junto con el papa celestino de Roma, encabezó la defensa de la ortodoxia contra las enseñanzas de Nestorio. San Cirilo presidió el Tercer Concilio Ecuménico en el año 431, en la que fue derrocado oficialmente el error nestoriana. Después de guiar a su rebaño durante treinta y dos años, que reposaba en el 444.
Por parte de la sede de Roma con una serie de doce anatematismos redactados por el mismo y, finalmente por el Concilio de Éfeso, en el 431,  el tercer concilio ecuménico. La asamblea que se constituyó en tumultos  desarrollándose  con el primer gran triunfo de la devoción a María y con el exilio de Nestorio obispo de Constantinopla, que no quería aceptar a la Virgen el titulo de “Madre de Dios”, a causa de esta cristología equivocada, que ponía división al mismo Cristo. Habiendo prevalecido ante su rival y su doctrina, san Cirilo logra alcanzar en el año 433 una formula teológica  de compromiso y de reconciliación con los de Antioquía. Y esto también es significativo, por una parte se da la claridad de la doctrina de la fe  pero, por otro lado la intensa búsqueda de la reconciliación. En los años siguientes se pasó defendiendo su posición teológica hasta su muerte, el 27 de junio del año 444.
Los escritos de san Cirilo de Alejandría, traducidos tanto en idiomas orientales como en latín muestra  su rápida difusión, son de importancia  para conocer la historia del cristianismo. Sus comentarios  sobre el Antiguo y en Nuevo Testamento, entre los que se destaca el Pentateuco,  Isaías, los Salmos, y el Evangelio de San Juan y San  Lucas. Son de gran importancia lo mismo que sus obras doctrinales, la defensa de la fe trinitaria contra la tesis arriana y contra las de Nestorio. La base de la enseñanza de Cirilo es la tradición eclesiástica y en particular los escritos de San Atanasio, su gran predecesor en al sede de Alejandra. Entre los escritos de de San Cirilo de Alejandría hay que recordar los libros contra Juliano, ultima gran respuesta a las controversias anticristianas, dictada por el obispo de Alejandría, para replicar la obra de contra los  galileos, compuesta en el año 363,  por el emperador el apostata por haber abandonado el cristianísimo en el que había sido educado.

San Cirilo es un infatigable testigo de Jesucristo, Verbo de Dios encarnado, subrayando la unida como repite en el año 433, en la primera carta (PG 77, 228-237) al obispo Sucenso: “un solo es el hijo , uno solo el Señor Jesucristo, ya sea antes de la encarnación ya después de la encarnación. En efecto no era un Hijo el Logos nacido de Dios Padre, y otro el nacido de la santísima Virgen; sino que creemos que precisamente Aquel que existe antes de todo tiempo nació también según la carne de una mujer”. Esta afirmación neutra que al fe en Nuestro Señor Jesús, Logos nacido del Padre está también muy arraigada en al historia, como dice San Cirilo, este mismo  Jesús entró en el tiempo de María, la Theotokos, y estar siempre con nosotros, según la promesa. Dios es eterno, nació de una mujer y sigue con nosotros cada día, y en esta confianza vivimos y hallamos el camino de nuestra vida. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario